Dominican Cinema

De Pez en Cuando (Critica)

¡Urgente! El cine dominicano necesita personas que hayan escuchado a personas sostener una conversación. Necesitan dialoguistas, pero ya.
El nombre de Tim Monich puede que no sea muy famoso, Monich es apenas un Coach de Dialectos que para muchos en un crew de cine no sería importante, pero si buscan la carrera de Monich se darán cuenta que ha cumplido con este trabajo en películas como “The Wolf of Wall Street”, “The Departed”, “True Grit”, “Inglorious Basterds”, “Husbands and Wife”, entre otras. Tal vez este puesto no sea indispensable para los realizadores locales pero debería serlo y si, por alguna razón que desconozco, existen estas personas entonces deberían ser cambiadas.
Mucho se ha hablado de los problemas que tiene el cine dominicano con el guión, pero cuando la historia en sí puede ser interesante, entonces ¿por qué la película falla de todas formas? Simple: por los diálogos y las actuaciones.
“De pez en cuando”, la ópera prima de Francisco Valdez, sufre de este mal. La historia, sobre un escritor fracasado que se ve involucrado en una serie de sucesos increíbles en un solo día, pudo ser la comedia “inteligente” que todo cinéfilo y crítico de cine espera, pero la forma acartonada en la que sus intérpretes se expresan alejan completamente a la audiencia de la historia que sucede en pantalla. Valdez logra crear un mundo interesante, pero las personas que la habitan parecen ser los “robots” que caminan hacia su autodestrucción en “Metropolis” de Fritz Lang [esto no lo digo como un cumplido].
Una de las cosas que siempre se ha dicho de las películas de Woody Allen es que uno sabe cómo habla una persona de Brooklyn a diferencia de una de Manhattan solo al ver esas producciones. En el caso de “De Pez en Cuando”, una película que no se rige ni por un tiempo en específico ni por una localidad, no necesariamente tendría que enfocarse en el cómo hablamos los dominicanos de las diferentes regiones, pero sí debería tener el cuidado de que estas personas que vemos en pantalla no hablen como robots que solo repiten lo que tienen en papel y ya; parecen estar recurriendo a frases que funcionan en inglés pero no suenan natural en español [Ej:. ¡Fue excitante! por “It was exciting”]. Es precisamente cómo se expresan los actores en pantalla que hace que una audiencia se sumerja en la historia o se dé cuenta que todo es mentira y desista de la misma.
“De Pez en Cuando” logra algunas cosas bien. La ambientación la hace tal vez una de las películas más bonitas del cine dominicano, pero el eficiente trabajo en cámara no evita que la película muestre la deficiencia en la acción de lo que sucede en pantalla; además de los diálogos, los actores parecen perder el cue de la acción una y otra vez, solo Phillip Rodríguez logra [en pocas ocasiones] brindar la naturalidad necesaria para un trabajo cinematográfico.
Eliseo [Rodríguez] en una conversación con Juan [Irving Alberti] sobre quién es que debe entrar al baúl, tomando en cuenta que uno de ellos tiene un arma, debió ser la guía de cómo debían hablar e interactuar todos los personajes durante la película. Esa escena junto a la de Eliseo cuando “le aplica“ el cuatro a las piernas a Benjamin [Luis José Germán] son los gaga cómicos más efectivos de la película completa. También hay que destacar el uso de la pecera como eje conductor de la mayoría de la trama. Rara vez una producción local se apoya en algo así conocido como el “MacGuffin”.
Al final, el cuidado que existe en lo visual de “De Pez en Cuando” no existe en el desarrollo de sus personajes. Germán parece estar en un estado catatónico, Camila Santana le hace competencia a Chelsy Bautista [Lotoman] a ver quién tiene los roles más insoportables y los demás, bueno, hacen lo que pueden con lo poco que tienen.
El cine dominicano parece estar enfrascado entre malas películas y buenos intentos o ejercicios. “De Pez en Cuando” es un buen intento y tal vez, con alguien más atento a los diálogos pudiera haber sido una buena película. La naturalidad en el cine dominicano sigue siendo casi inexistente.
 
Escrito por Orlando Santos, Fuente: CineDominicano

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