Hace un par de años en el Festival de Cine Global Dominicana se presentó, en una proyección escolar a las 9 a.m., el documental The Cove de Louie Psihoyos [una de las mejores películas de 2009] sobre la matanza de delfines en Taijji, Japón. En uno de los momentos cruciales del documental el activista Richard O´Barry entra a un congreso con un monitor colgado de su pecho para mostrarle a estos congresistas, supuestos defensores de los derechos animales, lo que verdaderamente ocurre en esa locación. En el momento en que O´Barry entró a la locación, todos los estudiantes se pusieron de pie y aplaudieron con todas sus fuerzas la acción del activista. “La montaña” de Tabaré Blanchard e Iván Herrera te muestra una emoción similar y al igual que “The Cove” en 2009, es una de las mejores producciones en lo que va de año.
Lo mejor de “La Montaña” es el ritmo con el que es contada. La película dura alrededor de 80 minutos pero parecen mucho menos. Blanchard sube y baja el tono de su producción a lo largo del documental y algo que pudiera ser en algún momento aburrido [un documento sobre la expedición al Everest] se convierte en la mejor producción cinematográfica que se ha realizado en nuestro país.
Al inicio, la historia paralela de los muchachos que se inspiraron en la travesía de Karim, Iván y Federico pudiera parecer algo mejor para material extra de un DVD pero luego se convierte en una especie de comentario de la fuerza que tienen modelos a seguir como los alpinistas y la influencia positiva que puede tener en nuestra sociedad y también es un reflejo de un realizador teniendo en cuenta la audiencia masiva y haciendo un buen trabajo con eso [cosa que rara vez se ve en nuestro país]. Blanchard logró mostrar una historia real con la que podemos llorar, reír y disfrutar una y otra vez. “La Montaña” también es de las pocas producciones locales que puede ser revisitada y todavía mantener la misma frescura de la primera vez en que la viste.
En la película hay una escena en la a que Federico Jovine se le congela la máscara de aire y no puede respirar. Ese momento tan dramático está tan bien manejado que aunque uno tiene conocimiento de que Jovine salió bien al final la audiencia se preocupa y se alegra al momento en que los compañeros de expedición anuncian que se encuentra fuera de peligro. Sin embargo, nada se compara al momento de Karim. Karim se convierte en el primer dominicano en llegar a la cima del Monte Everest y ese momento nos llegó a nosotros justo después de que nos enteramos que Karim había sido diagnosticado con cáncer. Es precisamente este momento que es bastante similar al de O´Barry en “The Cove” y es precisamente uno de los ejemplos por los cual se debe tomar en cuenta a Tabaré Blanchard como buen contador de historias; claro, todo eso fue verdad y ellos tuvieron allí para captarlo, pero es la forma en que “La Montaña” te presenta todo esto que lo hace un material fílmico de encanto.
No todo el encanto se queda en el Himalaya; el trayecto de tres jóvenes de Nizao hacia al Pico Duarte inspirados por los alpinistas del Everest es parte crucial del éxito de esta película. Blanchard no quiso solo mostrar la belleza del trayecto al Everest [que es una locación que se presta para imágenes hermosas] sino también mostrar lo hermoso de nuestro país y la facultad que tiene de cambiar de playas a ríos en tan poco tiempo. “La Montaña” también muestra como, a pesar de esa facultad que tiene nuestra media isla, existen personas que nunca han visto montañas y ríos o arenas y playas. La “otra” Montaña también le da la facilidad a Blanchard de crear otra camaradería, otro sentimiento humano inspirados por el que se vivía del otro lado del mundo.
“La Montaña” es, visualmente, la película dominicana más hermosa que se ha realizado en nuestro país. Blanchard y Herrera explotaron al máximo la tecnología que tenían a sus manos, trabajando con cámaras Canon 5D / 7D y GoPro en las locaciones del Everest y obteniendo la mejor visión posible que ambas partes del mundo podían ofrecer.
Vale destacar el momento más “dominicano” de la película y es cuando Iván Herrera documenta con su propia voz, en algo que no estaba escrito ni planeado, el estado del campamento en donde se encontraban en el Everest. Su molestia es cómica pero entendible, considerando que es un hombre del Caribe que surfea y que se encuentra en quién sabe cuantos grados bajo cero documentando esta travesía. Su “ah compadre y quiero peliá también, voy a ver si provocó uno de gringo ahora” [parafraseo] es definitivamente uno de los momentos más cómicos del cine dominicano.
“La Montaña” recibió un 10 perfecto por mí en el programa radial 12y2 [serían 5 estrellas aquí en la página] pero no necesariamente quiere decir que la película sea perfecta. Hubiera preferido que la narración fuera hecha por lo mismos muchachos, que de hecho hubiera menos narración [aunque fue considerablemente recortada desde la proyección en noviembre pasado] y algunos cue musicales estaban un poquito desubicados pero la mayoría de las cosas son buenas, muy buenas, como para no disfrutar de este excelente trabajo por nimiedades.
 
Escrito por Orlando Santos, Fuente: CineDominicano