Dominican Cinema

Patricia, el Regreso del Sueño (Critica)

Hay una pregunta que siempre le hacen a los cineastas que se han dado a conocer por realizar documentales: ¿Cuándo harás tu primera película? Esto haciendo alusión a cine de ficción y también a la falta de respeto que conlleva pensar que un documental no es una película -o peor aún- que no toma tanto trabajo como realizar una película de ficción.
Lo que realmente se pretende con esta ignorante interrogante es satisfacer la curiosidad de qué puede hacer una persona destacada en documentales cuando está trabajando ficción, géneros que hoy en día van cada vez más entrelazados, como podemos ver en casos como “Caribbean Fantasy” de Johanne Gómez y “Nana” de Tatiana Fernández.
También documentales como “Senna” y “Amy” -de Asif Kapadia- con pietaje original y real de las vidas de Ayrton Senna y Amy Winehouse retrataron la vida de estos personajes mejor que cualquier ficción pudo haber hecho.
La verdadera curiosidad del espectador y la audiencia debiera ser qué serían capaces de hacer estos realizadores en el género de la ficción. Dicho esto… ¿qué pasa cuando ese cineasta es responsable de “El Poder del Jefe” I, II y III? ¿En verdad te interesaría ver qué puede hacer dentro de la ficción?
Antes de analizar esa pregunta y hablar de una de las peores películas en el cine dominicano, hablemos un poco de “El Poder del Jefe”.
Los documentales de Fortunato, en especial la saga “El Poder del Jefe”, tienen solo un punto a su favor: han servido como guía para búsqueda de más información sobre la dictadura de Trujillo, la revolución de abril, el gobierno de Juan Bosch y el de Joaquín Balaguer. Empero, con una narrativa que parece más un escarmiento con imágenes tiradas al azar y una narración completamente aburrida, estos documentales no han sobrevivido para nada el paso del tiempo.
Entonces, con estas incoherencias presentadas en este género, ¿tiene uno interés de ver ficción u otro documental de Fortunato? la respuesta es no.
Las fallas de dirección, diálogos y guión son notables desde un inicio. Los personajes no están convencidos de lo que están diciendo y la puesta en escena deja mucho que desear.
Para colmo, la producción en su totalidad no parece de un realizador que tiene treinta años en la industria audiovisual, sino más bien un experimento colegial en donde el “apunta y dispara” con la cámara y el “lo tenemos” desde la primera toma reinó durante el rodaje.
Esta es una producción que le ha hecho mucho daño a talentos que han probado que pueden brindar más dentro de otro ambiente, y acentúa las deficiencias de personas que deberían recapacitar su presencia frente a las cámaras.
Parte de incoherencia a incoherencia con un Amauris Pérez representando uno de los peores personajes del cine dominicano, por ser uno hueco, sobreexpuesto y muy mal representado en pantalla. Igual sucede con Stephany Liriano, Mario Núñez, Miguel Ángel Martínez y compañía.
Existe un momento en donde el personaje de Liriano tiene un poco de carácter y defiende su interés de ir a la universidad cuando el personaje de Pérez quiere que ella se quede con él. “Yo voy para la universidad para no quedar como tú y tener que irme a buscar dinero fuera”, parafraseo. Sin embargo, no pasa mucho tiempo cuando ese carácter es traicionado y ese personaje lo deja todo sólo porque le han roto el corazón.
Es difícil analizar una producción como “Patricia, regreso del sueño”. Es uno de esos dramas que pretenden ser intelectuales, metafóricos, algunas veces cómicos, pero sobre todo más “importante” o “superior” que la media dominicana. Es un insulto desde lo técnico hasta lo narrativo. Un viaje incómodo de casi dos horas que deja a uno iracundo y cuestionando las decisiones que uno toma en su vida. No es un sueño. Es una terrible pesadilla.
 
Escrito por Orlando Santos, Fuente: CineDominicano

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