Dominican Cinema

Todos los hombres son iguales (Critica)

Nuestro país tuvo en la década de los noventa una especie de obsesión con el cine español. Tanto fue así que no es de extrañarse que la primera edición del festival de cine más importante y longevo de nuestro país, la Muestra Internacional de Cine de Santo Domingo, lo tuviese de primer invitado.
Y es que el cine español -posteriormente el latinoamericano- mostraba la irreverencia y un retrato del sexo que no se encontraba en las películas presentadas comercialmente en las salas de cine de nuestro país. Más que un adorno en las películas de acción ochenteras y noventeras, fue pieza fundamental en películas que recién se les presentaba a la audiencia dominicana. Tal obsesión era palpable en el cine popular español y allí triunfó, comercialmente, Manuel Gómez Pereira.
(…) antes de continuar con la reseña, vale destacar que a pesar de la especie de boom que el cine español tuvo en nuestro país en esa década, no existe una inspiración de éste en nuestro cine. Tomando en cuenta las películas dominicanas mejor reseñadas de los últimos años, es más presente la influencia del thriller gringo/británico a-la-Guy-Ritchie y/o Tarantinesco en “La Gunguna”; el cine iraní en los filmes de Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas; y mucho del cine mexicano contemporáneo, y del cine verité en los documentales más recientes. En fin, el cine español que fue ampliamente consumido hace veinte años no ha surgido efecto en el cine local actual (…)
Las comedias de Pereira, todas concentradas en el sexo, partían de estereotipos exagerados que incluso parecían inadecuados para la época. Inadecuados porque -fuera de utilizar el sexo y las generalizaciones del hombre y la mujer sobre él- sus historias y películas no tenían alma ni sustancia. Eran historias que no provocaban ninguna reacción, que existían sin pena y sin gloria. Todavía es sorprendente que “Todos los hombres sois iguales”, la peor de sus películas, se alzara el Goya a mejor guión en 1994. Esto nos trae a su remake del 2016 en tierra dominicana.
Lo primero es que el guión de la película se presenta adaptado en esta versión por Miguel Alcántara, guionista en películas como “SantiCló: la vaina de la navidad” y “Sanky Panky 2” por nombrar algunas, pero fuera de algunas palabras criollas mayormente interpretadas por el personaje de Frank Perozo, el guión y la película es prácticamente verbatim la versión de 1994. No existe nada que la identifique con la cultura caribeña, dominicana o con el tiempo actual.
Por otro lado, la pasión y determinación que Imanol Arias, Antonio Resines, Juanjo Puigcorbé y Cristina Marcos [quien recibió un Goya por su actuación] pusieron a la irreverencia inexplicable de sus personajes es completamente inexistente en las interpretaciones de Christian Meier, Frank Perozo, Mike Amigorena y Nashla Bogaert. Las actuaciones era algo que se podía destacar en la versión de hace veinte años, no así en esta.
En esta película pareciera que todos los actores están esperando que les den la orden para iniciar a actuar de sus escenas. Está completamente plagada de los problemas que constantemente destacamos sobre las actuaciones en nuestro cine. Un problema en conjunto de los actores y la dirección.
En fin, “Todos los hombres son iguales” trae a la vida una historia sin mucha sustancia… aunque hay que señalar que la misma tampoco existía en la primera versión y que, por el afán de exagerar los estereotipos en busca de risas baratas, no existe en ninguna de sus comedias. La película de Pereira que debió encontrar una vida nueva era “Entre las piernas”, una historia mejor lograda que utilizó el thriller de manera efectiva y no la comedia como facilismo comercial [esto último suena un poco conocido…].
La verdad es que una película deja mucho que desear cuando su parte más cómica es que, siendo una película distribuida por Caribbean Cinemas, cuente con una escena en un cine de Palacio del Cine [la distribuidora rival].
 
Escrito por Orlando Santos, Fuente: CineDominicano

Stay up to date!