Dominican Cinema

Un lío en Dólares (Critica)

Por mucho tiempo he estado diciendo la necesidad que hay de que los realizadores dominicanos, aquellos que hacen un intento de comedia, aborden con más ímpetu la comedia absurda y año tras año recae el mismo dilema de querer que la película sea al final una especie de consejera sin importar lo que haya sucedido en su desarrollo. La más reciente película dominicana, la segunda del “Indio” Francis Disla, aunque no se aleja de esta formula “moralistica” si brinda un acercamiento más decente a la comedia y a su parte más absurda.
Hay que destacar desde un inicio que esto no hace a “Un lío en dólares” una buena película porque no lo es. La producción del Indio, aún con sus aciertos, recae en los mismos problemas que han plagado las producciones criollas año tras año: guión, actuación, post-producción, puesta en escena, etc. Pero permitanme destacar primero lo que si hace bien esta apuesta cómica de Imakonos production.
Es, para el cine dominicano; una sorpresa que un filme, y más una comedia, se mantenga en una sola locación y que no sea del todo aburrida. Disla logra mezclar las bromas ya gastadas que atraen a las masas con algunos guiños inteligentes en lo que los personajes rompen la cuarta pared, los elementos cambian brevemente y el insoportable diálogo constante en algunas ocasiones tira luces hacia la audiencia, en especial cuando viene de los personajes de Manolo Ozuna y Phillip Rodríguez.
Y es Ozuna y Rodríguez los que por segunda vez en el año [lo hicieron también en “De pez en cuando”] logran ser lo mejor o más rescatable de una producción dominicana. Disla aprovecha sus dos personajes más interesantes, las conciencias de Eulogio [Fausto Mata], para referenciar no solo el cine comercial sino su pasada película “El hoyo del diablo” qué para quiénes tenemos conocimiento de esa producción fue uno de los momentos cómicos más efectivos.
Sin embargo, la película sufre del mismo completo desconocimiento del silencio que todas las demás producciones locales. Aquí nadie parece callarse ni siquiera por un momento.
A la mayoría de los realizadores locales se les ha olvidado la parte visual de este arte y entiende que todo debe ser contado en base a alguien hablando frente a pantalla y aquí, con el mismo perfil de personaje dividido entre tres [los insoportables personajes de Lumy Lizardo, Hony Estrella y Julio Gassette] y la pobre actuación del resto del elenco hacían de los ya pobres diálogos un sacrificio mortal para la audiencia. Esto servía también para enaltecer la participación de Rodríguez y Ozuna que salieron airosos a pesar de la sobredosis con las que fueron utilizados en la película.
Por su lado, Fausto Mata ha demostrado que es una estrella taquillera del cine dominicano. Es un nombre y una figura que le agrada a las masas pero que todavía no han podido explotar correctamente lo que le sale bien al comediante: la comedia física. Pero incluso esto, utilizado en demasía, hace mucho daño.
Disla retomó una narrativa que utilizó en “El hoyo del diablo” y es agrupar la mayor cantidad de referencias y subgéneros posibles dentro de una misma película. Aquí, “Weekend at Bernie´s” [que es presentado en un momento en la TV], “Bedazzled”, e incluso comedias dominicanas anteriores son referenciadas en este pequeño edificio. El director hace una especie de recuento del cine en el que se desenvuelve y eso es notable pero los fallos son más que los puntos a favor de esta nueva producción.
“Un lío de dólares” utiliza un colorido con el simple hecho de que se vea bonito en escena pero no tiene ningún valor cinematográfico o narrativo. Fuera de la habitación la película recae en lo feo, especialmente cuando hace los primeros planos de sus personajes en donde estos frames parecen más un “tapapinche” que una fotografía coherente a lo largo de la película.
Todavía nuestro cine, en su mayoría, debe zafarse de la escuela de actores “No me lo creo ni matao” y los realizadores [qué suponemos consumen cine] deben prestar más atención y más cuidado al desarrollo de sus producciones. Ya esta bueno de pagar una boleta por “buenos intentos” en el cine dominicano.
 
Escrito por Orlando Santos, Fuente: CineDominicano

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